Madres y Padres en búsqueda del Equilibrio
“si te sobran horas en el día, te las compro” y las dos nos pusimos a reír con harta nostalgia, pues estábamos conscientes de que adolecíamos de lo mismo: madres sobrepasadas que se encontraban en una de las tantas actividades derivadas de la crianza.
Psic. María Fernanda Sarraf Aragón
4/27/20243 min leer


Una vez en una reunión de apoderados una mamá de cinco hijos (que hoy es una gran amiga) me dijo “si te sobran horas en el día, te las compro” y las dos nos pusimos a reír con harta nostalgia, pues estábamos conscientes de que adolecíamos de lo mismo: madres sobrepasadas que se encontraban en una de las tantas actividades derivadas de la crianza. En ese mismo momento, uno de mis hijos leía para el colegio un libro que trataba de un hombre que vendía su tiempo para ganar dinero y que pronto descubre que tiene lagunas en su vida y memoria. Madres y padres que me ha tocado conocer, me han comentado que se han sentido así, lejos de su momento presente, porque viven la mayor parte de su vida aceleradamente yendo de un lugar a otro y haciendo muchas cosas para trabajar y criar en un entorno rápido y cambiante.
Estaban perdidos, en un bosque de muchas cosas por hacer y de un check list interminable, con una y otra acción nueva que surge justo cuando han tachado un pendiente de la lista. Como dice Carl Honoré, autor del libro Elogio a la Lentitud, “Estamos corriendo por la vida en lugar de vivirla. Con mucha frecuencia, cuando quedamos atascados en “fast forward”, en avance rápido, se nos hace necesario un “shock”, un llamado de atención, algo que nos haga ser conscientes de que hemos perdido la capacidad de frenarnos, de pisar el freno y que esto nos está haciendo daño”[1].
El primer paso para pisar ese freno es hacerse consciente de no querer vivir así y luego hacer una reflexión de cómo se puede vivir más lento. Comenzar a buscar nuevas propuestas que lleven a una existencia más amigable y amorosa.
Adquieren importancia las acciones de conciliación de vida personal y laboral, buscando una manera de vivir más presentes y cultivando el bienestar. Para ello se deben construir equilibrios, desde los más pequeños hasta los más significativos.
Una de las artes más difíciles de la vida es crear un equilibrio sustentable para vivir emocionalmente sanos y logrando espacios para cumplir adecuadamente con las tareas de cada uno de nuestros roles en la estrecha agenda personal diaria. Porque si se es padre o madre, generalmente surgen muchas tareas, actividades y responsabilidades derivados de ese rol, que se suman a las del trabajo, a la pareja, a ser hijos o hijas, a cultivar las amistades y al propio autocuidado.
Algunas preguntas que pueden favorecer la reflexión son: ¿Cómo me siento, justo aquí y ahora?; ¿Qué necesito para balancear la vida y que está bajo mi propio control?, ¿Cómo puedo hacer para que las pequeñas cosas del día cuenten?
Un equilibrio pequeño, es conectarse con las sensaciones en la piel del agua y su temperatura, consciente del momento presente. También oler la fragancia del té o del café en la mañana, hacer la cama y ordenar el lugar de trabajo y admirar la belleza de una obra bien hecha. Besar y abrazar a los que amas, tararear o cantar tu canción favorita mientras viajas al trabajo, admirar las hojas de los árboles que bailan para ti al son del viento. Escuchar el silencio, hacer ejercicios, consciente de que estás cuidando tu cuerpo. Esos pequeños momentos de conexión con la propia vida, favorecen el bienestar.
También hay grandes equilibrios, como conocer el sentido de tu vida, tener claros los valores que fundamentan tus acciones de crianza, para no perder la visión que quia tu liderazgo. Vivir para lo que realmente quieres y no por metas que se extinguirán en el corto plazo.
Y, finalmente, aprecia tus logros, mira como germinan tus semillas en la crianza y cambia lo que no esté en coherencia con el sentido de tu vida. Simplemente respira, con la seguridad de que este momento es tuyo, es pleno y es justo lo que necesitas.
[1] https://aprendemosjuntos.bbva.com/especial/estamos-corriendo-por-la-vida-en-vez-de-vivirla-carl-honore/

