Una estrategia parental respaldada por evidencia para fortalecer el vínculo con hijos adolescentes y reducir el riesgo de conductas problemáticas es el monitoreo y la supervisión adecuada.
La investigación ha demostrado que los adolescentes que perciben que sus padres están al tanto de su vida diaria y que tienen una supervisión activa, son menos propensos a involucrarse en comportamientos problemáticos como el consumo de drogas y alcohol, la delincuencia y las relaciones sexuales de riesgo.
Para implementar esta estrategia, los padres pueden establecer reglas claras y límites adecuados, y estar disponibles para escuchar a sus hijos y brindar apoyo emocional. Además, los padres deben estar atentos a las actividades y amistades de sus hijos, y establecer una comunicación abierta y constante para monitorear y discutir cualquier problema o preocupación.
Es importante recordar que el monitoreo y la supervisión deben equilibrarse con el respeto a la privacidad y la autonomía de los adolescentes. Los padres deben tratar de mantener una relación cercana y de confianza con sus hijos, al tiempo que fomentan su independencia y responsabilidad.