El enfoque de salud pública en la prevención
El enfoque de salud pública es fundamental en la prevención de conductas problemáticas en niños y adolescentes. A través de la identificación de factores de riesgo y factores protectores, se pueden implementar estrategias, políticas y programas efectivos para abordar estas problemáticas.
Kids Up
2/27/20243 min leer


El enfoque de salud pública es fundamental en la prevención de conductas problemáticas en niños y adolescentes. A través de la identificación de factores de riesgo y factores protectores, se pueden implementar estrategias, políticas y programas efectivos para abordar estas problemáticas.
Uno de los factores de riesgo más comunes en la aparición de conductas problemáticas en niños es el mal funcionamiento familiar. Diversos estudios realizados por el SDRG de la Universidad de Washington han demostrado que este factor tiene un impacto significativo en el desarrollo de comportamientos negativos en los niños.
El mal funcionamiento familiar puede manifestarse de diferentes maneras, como la falta de comunicación, la violencia doméstica, la falta de apoyo emocional y la negligencia. Estas situaciones pueden generar un ambiente poco saludable para el crecimiento y desarrollo de los niños, lo que aumenta el riesgo de que desarrollen conductas problemáticas.
La investigación realizada por el SDRG ha demostrado que los niños que crecen en un entorno familiar disfuncional tienen más probabilidades de experimentar problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. Además, también son más propensos a involucrarse en comportamientos delictivos, el consumo de sustancias adictivas y el bajo rendimiento académico.
Ante esta situación, es fundamental que los profesionales de la salud pública y otros actores involucrados implementen estrategias y programas de prevención que aborden el mal funcionamiento familiar como factor de riesgo. Algunas de las intervenciones que se pueden llevar a cabo incluyen:
Programas de apoyo a las familias: Es importante brindar a las familias recursos y herramientas para mejorar su funcionamiento. Esto puede incluir programas de educación parental, terapia familiar y apoyo emocional.
Intervención temprana: Identificar y abordar los problemas familiares en etapas tempranas puede prevenir el desarrollo de conductas problemáticas en los niños. Esto puede incluir la detección de situaciones de violencia doméstica, el acceso a servicios de salud mental y la promoción de la comunicación familiar saludable.
Colaboración intersectorial: La prevención de conductas problemáticas en niños y adolescentes requiere una colaboración efectiva entre diferentes sectores, como la salud, la educación, la justicia y los servicios sociales. Trabajar de manera conjunta permite abordar de manera integral los factores de riesgo y promover los factores protectores.
Además de abordar el mal funcionamiento familiar, es importante tener en cuenta otros factores de riesgo y factores protectores que pueden influir en la aparición de conductas problemáticas en niños y adolescentes. Algunos de estos factores incluyen:
El entorno escolar: Un entorno escolar seguro y de apoyo puede reducir el riesgo de conductas problemáticas. Es importante promover la inclusión, la participación de los padres y el apoyo emocional en las escuelas.
El acceso a servicios de salud mental: Garantizar el acceso a servicios de salud mental de calidad puede prevenir y tratar problemas de salud mental en niños y adolescentes.
La participación comunitaria: Involucrar a la comunidad en la prevención de conductas problemáticas puede fortalecer los factores protectores y promover entornos saludables.
El enfoque de salud pública es esencial en la prevención de conductas problemáticas en niños y adolescentes. El mal funcionamiento familiar es uno de los factores de riesgo más importantes, y abordarlo de manera efectiva a través de estrategias, políticas y programas puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de los niños. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen otros factores de riesgo y factores protectores que también deben ser considerados en la prevención integral de estas problemáticas.