Crianza de un Niño con TEA
Debemos recordar que el TEA no es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo. La persona nace con TEA y el trastorno le acompaña a lo largo de toda su vida.
Kids Up
2/22/20244 min leer


El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición que afecta el desarrollo social, comunicativo y cognitivo de las personas. Los niños con TEA pueden tener dificultades para interactuar, comprender y expresar emociones, así como mostrar intereses y comportamientos restringidos o repetitivos.
Para los padres y cuidadores de niños con TEA, es fundamental contar con estrategias y herramientas que les permitan apoyar el desarrollo y bienestar de sus hijos. En este artículo, exploraremos algunas estrategias clave para la crianza de un niño en dicha condición con el objetivo de ayudarles a alcanzar su máximo potencial.
Inclusión temprana en el sistema educacional
Uno de los aspectos más importantes para el desarrollo de un niño con TEA es su inclusión temprana en el sistema educativo. La plasticidad cerebral en los primeros años de vida es máxima, lo que significa que los niños tienen una mayor capacidad para aprender y desarrollar habilidades en esta etapa.
Es fundamental que los niños sean incluidos en programas educativos desde el nivel preescolar. Esto les brinda la oportunidad de interactuar con otros niños de su edad, aprender habilidades sociales y emocionales, y recibir apoyo especializado para sus necesidades individuales.
Además, la inclusión temprana en el sistema educativo puede ayudar a identificar y abordar cualquier dificultad o retraso en el desarrollo lo antes posible, lo que facilita la implementación de intervenciones adecuadas y efectivas.
Comunicación y lenguaje
La comunicación es otro aspecto fundamental en la crianza. Muchos niños en el espectro tienen dificultades para comunicarse de manera efectiva, ya sea a través del lenguaje verbal o no verbal.
Es importante que los padres y cuidadores busquen formas alternativas de comunicación para ayudar a sus hijos a expresarse. Esto puede incluir el uso de imágenes, pictogramas o sistemas de comunicación aumentativa y alternativa (CAA). Estas herramientas pueden facilitar la comprensión y expresión de emociones, necesidades y deseos de los niños.
Además, es fundamental fomentar un ambiente de comunicación receptivo y comprensivo. Los padres y cuidadores deben estar atentos a las señales no verbales de sus hijos, como gestos, expresiones faciales y cambios en el tono de voz. Esto les permitirá comprender mejor sus necesidades y emociones, y responder de manera adecuada.
Rutinas y estructura
Los niños suelen beneficiarse de la rutina y la estructura en su vida diaria. Establecer horarios consistentes y predecibles puede ayudarles a sentirse seguros y tranquilos, y reducir la ansiedad y el estrés.
Es recomendable establecer rutinas para actividades como la hora de levantarse, comer, jugar y dormir. Esto proporciona a los niños un sentido de orden y previsibilidad, lo que puede ser reconfortante para ellos.
Además, es importante proporcionarles un entorno físico organizado y estructurado. Esto puede incluir la creación de áreas específicas para diferentes actividades, el uso de etiquetas visuales para indicar el propósito de cada espacio y el uso de calendarios visuales para ayudarles a comprender y anticipar los eventos y actividades diarias.
Apoyo emocional y social
Los niños con TEA pueden tener dificultades para comprender y expresar emociones, así como para establecer y mantener relaciones sociales. Es importante que los padres y cuidadores brinden un apoyo emocional y social adecuado para ayudarles a desarrollar estas habilidades.
Una estrategia efectiva es utilizar el juego como una forma de enseñar habilidades sociales y emocionales. El juego puede ser una herramienta poderosa para fomentar la interacción, la comunicación y la expresión de emociones. Los padres y cuidadores pueden participar en juegos de roles, utilizar muñecos o juguetes para representar situaciones sociales, y modelar comportamientos y habilidades sociales adecuadas.
Además, es importante fomentar oportunidades de interacción social fuera del entorno familiar. Los niños pueden beneficiarse de participar en actividades extracurriculares, como deportes o clubes, donde puedan interactuar con otros niños de su edad y desarrollar habilidades sociales en un entorno estructurado y supervisado.
Apoyo profesional
Por último, pero no menos importante, es fundamental buscar y aprovechar el apoyo profesional disponible para la crianza de un niño con TEA. Los profesionales especializados, como psicólogos, terapeutas ocupacionales y psicopedagogos, pueden brindar orientación, apoyo y terapias específicas para abordar las necesidades individuales del niño.
Es importante recordar que cada niño con TEA es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Por lo tanto, es fundamental trabajar en estrecha colaboración con los profesionales para desarrollar un plan de intervención individualizado que se adapte a las necesidades y fortalezas del niño.
En resumen, la crianza de un niño con Trastorno del Espectro Autista puede presentar desafíos únicos, pero también puede ser una experiencia gratificante. Al implementar estrategias como la inclusión temprana en el sistema educativo, la promoción de la comunicación y el lenguaje, la creación de rutinas y estructura, el apoyo emocional y social, y el aprovechamiento del apoyo profesional, los padres y cuidadores pueden ayudar a sus hijos a alcanzar su máximo potencial y tener una vida plena y significativa.
Si quiere conocer más sobre la inclusión preescolar de este grupo de la población te invitamos a contactar con la Fundación Ama Crecer espacio educativo inclusivo para niños de 2 a 6 años de edad con un enfoque educativo/terapéutico basado en tres ejes principales: interacción social, comunicación y autonomía.