Cómo lidiar con los desafíos de viajar en transporte público con un niño autista
Los niños en el espectro del TEA a menudo tienen una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales, lo que significa que pueden experimentar sonidos, luces, olores y texturas de una manera más intensa que las personas neurotípicas.
Kids Up
3/5/20243 min leer


Recientemente, un padre compartió su experiencia sobre lo difícil que puede ser viajar en transporte público con un niño autista. En particular, mencionó el problema de los músicos callejeros que tocan en los vagones del metro sin autorización. Esta situación puede resultar molesta e incluso desencadenar una desregulación emocional en niños en el espectro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). En este artículo, exploraremos las razones detrás de esta dificultad y discutiremos algunas estrategias que los padres y cuidadores pueden implementar para hacer frente a estos desafíos.
El impacto de los estímulos sensoriales en los niños autistas
Para comprender por qué la presencia de músicos callejeros en el transporte público puede ser especialmente desafiante para los niños autistas, es importante tener en cuenta cómo los estímulos sensoriales pueden afectar a estas personas. Los niños en el espectro del TEA a menudo tienen una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales, lo que significa que pueden experimentar sonidos, luces, olores y texturas de una manera más intensa que las personas neurotípicas.
En el caso de los músicos callejeros en el metro, la música alta y los sonidos no controlados pueden resultar abrumadores para un niño autista. Esto puede desencadenar una respuesta de estrés y ansiedad, lo que lleva a una desregulación emocional y posiblemente a un comportamiento disruptivo. Es importante recordar que cada niño autista es único y puede tener diferentes desencadenantes sensoriales. Algunos pueden ser especialmente sensibles al ruido, mientras que otros pueden ser más afectados por las luces brillantes o los olores fuertes.
Estrategias para viajar en transporte público con un niño autista
A pesar de los desafíos que pueden surgir al viajar en transporte público con un niño autista, existen estrategias que los padres y cuidadores pueden implementar para hacer que esta experiencia sea más manejable. A continuación, se presentan algunas sugerencias:
Planificación y preparación
Antes de embarcarse en un viaje en transporte público, es útil realizar una planificación y preparación adecuadas. Esto puede incluir:
Investigar las rutas y horarios de transporte para minimizar el tiempo de espera y la incertidumbre.
Considerar la posibilidad de viajar en horarios menos concurridos para reducir la exposición a multitudes y ruidos.
Crear una rutina visual o un horario que muestre los pasos del viaje, lo que puede ayudar al niño a comprender y anticipar lo que sucederá.
Empacar una bolsa de actividades favoritas del niño, como libros, juguetes o dispositivos electrónicos, para ayudar a distraerlo y mantenerlo ocupado durante el viaje.
Comunicación y apoyo emocional
Es fundamental establecer una comunicación clara y brindar apoyo emocional durante el viaje. Algunas estrategias incluyen:
Hablar con el niño sobre el viaje antes de salir de casa, explicando qué esperar y cómo comportarse en el transporte público.
Usar un lenguaje simple y visual para ayudar al niño a comprender las instrucciones y expectativas.
Ofrecer palabras de aliento y elogios cuando el niño muestra comportamientos positivos durante el viaje.
Permitir que el niño tenga un objeto de consuelo, como un juguete o una manta, para ayudarlo a sentirse seguro y tranquilo.
Evitar desencadenantes sensoriales
Si se sabe que ciertos estímulos sensoriales desencadenan una respuesta negativa en el niño autista, es importante tomar medidas para evitarlos o minimizarlos durante el viaje. Algunas estrategias pueden incluir:
Evitar los vagones del metro donde se encuentren músicos callejeros o buscar asientos alejados de ellos.
Usar audífonos o tapones para los oídos para reducir el impacto del ruido.
Proporcionar gafas de sol o un sombrero para bloquear la luz brillante si eso es un desencadenante para el niño.
Utilizar ropa cómoda y suave que no cause irritación en la piel del niño.
Crear conciencia y promover el cambio
Además de implementar estrategias individuales para lidiar con los desafíos de viajar en transporte público con un niño autista, también es importante crear conciencia y promover el cambio a nivel más amplio. Algunas acciones que se pueden tomar incluyen:
Comunicarse con las autoridades del transporte público para informar sobre las dificultades que enfrentan los niños autistas y sugerir medidas para mejorar la experiencia de viaje.
Participar en grupos de apoyo y organizaciones que abogan por los derechos de las personas con TEA.
Compartir experiencias y consejos con otros padres y cuidadores a través de blogs, redes sociales u otras plataformas.
Educar a la sociedad en general sobre el Trastorno del Espectro Autista y las necesidades específicas de las personas que lo padecen.
En resumen, viajar en transporte público con un niño autista puede presentar desafíos únicos debido a la sensibilidad sensorial y las posibles dificultades para regular las emociones. Sin embargo, con una planificación adecuada, comunicación clara y apoyo emocional, es posible hacer que esta experiencia sea más manejable. Además, al crear conciencia y promover el cambio, podemos trabajar hacia un entorno más inclusivo y comprensivo para todos.